El hombre (¿personificado por un perro?) dice a la señorita X que la ama. Casi desesperado y entre medio de lágrimas o transpiración. La señorita X, muy despreocupada, con una sinceridad cruel y acompasiva(?) dice a Perro "Ay (¡ay!), pero yo a usted no".
En este momento la vida de Perro pasa a asemejarse a la muerte. Es inabarcable el dolor de su sentir, y no puede echarsele la culpa a Señorita X de no corresponder al sentimiento de Perro. Pero eso no quita el "Oh, el dolor. Siento que voy a a morir" y "¡MORIR!" de Perro.
(Hasta aquí, una sonrisa insistente por la gracia que me produce esta tira estuvo presente)
(Ahora puedo ser serio)
Efectiva e inevitablemente la Muerte llego 45 años después. Es el remate perfecto para una broma que puede ser broma o puede ser todo dolor.
Pienso en los 45 años entre la declaración de Perro y su muerte, ¿fueron 45 años de dolor? en mayor o menor medida: si. Fueron 45 años de recordar al menos una vez todos los días el rechazo de Señorita X. Es obvio, no todo es dolor, no todo es el mismo dolor. Pero es dolor. Hay dolores que se quedan en la vida, para siempre, y lógicamente, se los distrae con ocupaciones, preocupaciones, actividades o con la misma inactividad. Hasta se debe aprender de indiferencias dolorificas, y hasta acostumbrarse a eso.
Por su lado, Señorita X fue feliz e infeliz. Perro también, pero siempre con el dolor de su Isla. Nunca mas pudo acercarse a X.
Hoy Don Horóscopo me dio consejos.
Hoy es un día blanco, y el murmullo está regresando a su lugar; mi sinciencia.
Tengo frío en las manos y me cuesta creer, pero aún así no tengo dudas de aquello que no descreo. Y creo que uno mismo genera.
¿Intensidad o perfecta indiferencia? ¿Pasión o correcta indiferencia?
Bellísimos tristísimos últimos días de Otoño... en los bosques. Descubrí un verdadero paraíso con arboles, troncos húmedos, hojas caídas...
Es carnalmente difícil sacarse el disfraz de la personalidad.
Y también es fácil ser Nada, como dice Porchia.
Otoño nos desea un feliz Invierno.
Martes 19 de Junio.
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