martes, 15 de mayo de 2007

Sublimar


Me es fácil equivocarme.
Me es más fácil equivocarme al involucrar sentimientos con el sólo calor de mi voz.
Pude no odiarme más que unos minutos. Pude no sentirme un idiota más que un ratito.
Me involucro en situaciones en las que sé que puedo herirme.
Se trata de espectativas. Me puedo sentir tranquilo de hacer lo que sentí...
Pero cómo sentir que eso es todo. Cómo dejar todo en manos de lo que tiene que pasar.
Mi memoria es mala y mi deseo es grande. Algo lo sabe.

¿Donde más que en lo que sucede está la sabiduría?
Inconcientemente y algunas no tanto, estoy esperando aquello que no debería.
Hay interés detras de lo que hago y eso me choca fuertemente.
En estos días aprendí a disfrutar por mi mismo de pequeñas cosas.
Sabe bien tenerse un poco de respeto. Y aceptar los errores con la frente en alto.
No sé si mañana será otro día.

En este momento la música es lo más importante. Rock de a 3. Concentración con uno.
Me entretiene mucho el cuidar y mantener el espacio.
20.35, Pijama, pantuflas y estufa. "No hay nada mejor que casa"
En el estudio las limitaciones e impedimentos son cosas de trabajo.

Tomate, queso y huevo.
Me alimento a base de Tomate, queso y huevo.
Leche, nueces, soja, ades de manzana, chocolate, agua mineral sin gas.
Chaw fan. Baños de vapor.
Leer a Pessoa. Sentir a Pessoa. Agradecer a Pessoa. Difundir lo que leo.
Escuchar a George Harrison, Be here now.

Dice Pessoa: "Considerar nuestra mayor angustia como un incidente sin importancia, no sólo en la vida del universo, sino en la de nuestra misma alma, es el principio de la sabiduría. Considerar esto en la misma mitad de esa angustia es la sabiduría entera. En el momento en que sufrimos parece que el dolor humano es infinito. Pero ni el dolor humano es infinito, pues nada humano hay que sea infinito, ni nuestro dolor vale más que el ser un dolor que sentimos nosotros.
Cuantas veces, bajo el peso de un tedio que parece ser locura, o de una angustia que parece ir más lejos que ella, me paro, dudando, antes de rebelarme, dudo, al pararme, antes de divinizarme. Dolor de no saber lo que es el misterio del mundo, dolor de que no nos amen, dolor de que sean injustos con nosotros, sofocando y agarrando, dolor de muelas, dolor de zapatos apretados.
Ah, no es verdad que la vida sea dolorosa o que sea doloroso pensar en la vida. Lo que es verdad es que nuestro dolor sólo es serio y grave cuando lo fingimos tal. Si somos naturales, se pasará lo mismo que ha llegado, se esfumará como ha crecido.
Todo es nada, y nuestro dolor en ello.
Escribo esto bajo la presión de un tedio que parece no caber en mí, o necesitar de algo más que mi alma para tener donde estar; de una opresión de todos y de todo que me estrangula y desvaría; de un sentimiento físico de la incomprensión ajena que me perturba y aplasta. Pero levanto la cabeza hacia el cielo azul ajeno, expongo la cara al viento inconscientemente fresco, bajo los párpados despues de haber visto, olvido la cara despues de haber sentido. No me siento mejor, pero me siento diferente.
Verme me libera de mí. Casi sonrío, no porque me comprenda, sino porque habiendome vuelto otro, he dejado de poder comprenderme. En lo alto del cielo, como una nada visible, una nube pequeñísima es un olvido blanco del universo entero."
5-4-1933