viernes, 5 de noviembre de 2010

La Historia del Helado

El origen de los helados es muy antiguo. Algunos sostienen que los antiguos romanos son los inventores del "sorbete", para lo cual utilizaban nieve, frutas y miel. Cuentan que el emperador Nerón hacia traer nieve de los Alpes para que le preparen esta bebida helada.

Otros, en cambio, señalan que los chinos, muchos siglos antes de Jesucristo, ya mezclaban la nieve de las montañas con miel y frutas. En la corte de Alejandro Magno, se enterraban en la nieve ánforas conteniendo frutas mezcladas con miel para conservarlas mejor y se servían heladas.

Los cocineros de los califas de Bagdad se destacaron en refinar la calidad y variedad de estos postres, al incorporarles zumos de fruta. Estas mezclas tomaron el nombre de "sharbets", que quiere decir bebida, de allí el nombre sorbete empleado hoy en día.

Se atribuye a Marco Polo la introducción en Italia de una receta para su preparación, al regreso de uno de sus viajes por el Lejano Oriente. Esto abonaría la teoría de que fueron los chinos quienes inventaron los helados, pero como es desde Italia que se hacen conocidos en el mundo esto explica que muchos crean que se originaron en Roma. Incluso, se comenta que el nombre de los helados llamados "polos" se llaman así en homenaje al legendario viajero.

En ese entonces, la elaboración de los helados no era sencilla, ya que era imprescindible disponer de nieve y de los medios para conservar la temperatura. Esto hacia de los helados un placer para pocos: sólo lo disfrutaban los Reyes y las personas privilegiadas de esa época. Según referencias históricas, ya en los siglos XVI y XVII, en las cortes de España, Francia e Inglaterra, se elaboraban y servían helados.

Se sabe que los helados llegaron a Francia, cuando Catalina de Médicis se casó con Enrique II de Borbón. En Inglaterra se conocieron gracias a un cocinero francés que los servía en la corte y quien inventó una receta que incorporaba leche a los helados, haciendo al producto mucho más sabroso. Dicen que el Rey lo recompensó generosamente para que reservase la formula únicamente para el uso de la mesa real. Pero la fórmula se divulgó en todos los países. En la corte del rey Luis XIV se presentó el helado con esas modificaciones en la alta sociedad.

En el año 1660, el italiano Procopio inventó una máquina que homogeneizaba las frutas, el azúcar y el hielo, con lo que se obtenía una verdadera crema helada, similar a la que hoy conocemos. Procopio, abrió en París el "Café Procope", donde además de café se servían helados y así se popularizó. Durante muchos años los heladeros italianos guardaron celosamente el secreto de preparación de los helados, aunque como vendedores ambulantes lo difundieron por toda Europa. Para el siglo XVIII, las recetas de helados empezaron a incluirse en los libros de cocina.

Hacia 1700, los helados llegaron a América del Norte y se hicieron populares en Estados Unidos. En 1846, Nancy Johnson, una norteamericana, inventó la primera heladora automática, con lo que puso la base para el surgimiento del helado industrial.

En nuestro país, hasta mediados del siglo 19, el hielo llegaba desde Inglaterra o los Estados Unidos en barras envueltas en aserrín. Los primeros en servir refrescos 'helados' fueron el "Café de París", el "Café de las Armas" y el "Café de los Catalanes". Gradualmente aparecieron las heladerías.